CLAVE R73003

CIPES 1973

VIBRIOSIS BOVINA

MVZ. M.S. Roberto Ruiz D.1, y M.V.S. Ricardo Flores C.2

RESUMEN

1.- La vibriosis es una enfermedad venérea la cual se disemina solamente por el coito o por el uso de semen infectado para inseminación artificial.

2.- La vibriosis genital bovina produce un estado de infertilidad transitorio que puede ocasionar bajas leves o severas en la eficiencia reproductiva de un hato, con escasos nacimientos al año.

3.- Las vacas pueden crear alguna inmunidad a la infección como resultado de la exposición pero tienden a eliminarla.

4.- La enfermedad puede pasar desapercibida en un hato crónicamente infectado.

5.- El diagnóstico es muy complicado y requiere la cooperación del ganadero, veterinario y un laboratorio.

6.- La enfermedad puede erradicarse de hatos infectados manteniendo separados los lotes de animales limpios de los infectados. Siempre se debe tener la certeza de que los animales de nueva adquisición se encuentren libres de la enfermedad.

7.- La vacunación anual controla efectivamente la vibriosis.

8.- El tratamiento solo se puede utilizar para eliminar animales portadores y en hatos pequeños.

9.- Durante los últimos años se ha encontrado que la vibriosis se halla ampliamente difundida en las explotaciones comerciales de ganado bovino productor de carne.

1) Técnico del Departamento de Reproducción Animal.

2) Técnico del Depto. de Bacteriología y virología del Instituto Nacional de Investigaciones Pecuarias,

S.A.G. km. 15.5 Carretera México-Toluca, D.F. México.

INTRODUCCIÓN

La vibriosis es una enfermedad venérea que sólo se transmite mediante el coito o por contaminación de los órganos genitales con material infectante fresco de los genitales de un toro o vaca infectado. El padecimiento fue diagnosticado por primera vez en Inglaterra en 1913. Durante años la investigación que se efectuó con la vibriosis fue limitada debido a la gran preocupación que existía por la brucelosis. Actualmente, se sabe que la enfermedad se caracteriza por producir infertilidad y abortos esporádicos (Hoerlein, 1968).

Aunque la salud en general del animal no se ve afectada, la vibriosis produce un gran número de vacas repetidoras o una demora en la concepción, pero los abortos solo ocurren en un porcentaje pequeño de los animales; sin embargo, las principales pérdidas que ocasiona el padecimiento son debidas a muertes embrionarias tempranas y fallas en la concepción durante los primeros 3 meses en que las vacas se infectan.

En 1964, Hoerlein y sus asociados diagnosticaron vibriosis en 45 de 83 hatos investigados debido a que presentaban problemas de infertilidad. En años recientes este grupo ha diagnosticado vibriosis en 200 hatos de Colorado, Utha, Nuevo México, Texas y Arizona. En los Estados Unidos la vibriosis genital ha sido encontrada en un 66% de los casos en los que los veterinarios han solicitado su diagnóstico. La enfermedad fue reportada en México por Urquiza y correa en 1971.

NATURALEZA DEL AGENTE CASUAL.

El agente de la vibriosis es la bacteria Vibrio fetus variedad venerealis. Un organismo muy parecido al vibrio venereal es el V. fetus variedad intestinalis que se encuentra en el intestino de los borregos, cerdos y vacas. Algunas variedades de este vibrio son inocuas, pero otras son asociadas con brotes de abortos en borregos. En casos raros el Vibrio intestinalis puede producir abortos en ganado bovino. E. V. bubulus es un vibrio saprofitico cuyo habitat es el prepucio de los toros. La importancia del V. fetus variedad intestinalis y sobre todo el V. bubulus, radica en el hecho de que por su parecido se deben diferenciar del Vibrio venereal para poder efectuar un diagnóstico definitivo de la vibriosidad genital (Hoerlein, 1970).

TIPO DE INFECCIÓN EN EL TORO.

La infección en el toro se encuentra exclusivamente limitada a la superficie de las membranas que cubren el exterior del pene y parte del prepucio. El toro infectado es solamente un portador de la enfermedad y la calidad y cantidad del semen del animal no se ve afectada; sin embargo, invariablemente se encuentra contaminado con V. fetus, siendo por lo tanto infectante para la vaca susceptible.

Un gran número de toros infectados se recupera espontáneamente de la infección. Aparentemente la recuperación depende de la edad del animal y del tipo de actividad sexual que lleve. Cuando los toros se infectan y se mantienen en descanso sexual absoluto, la mayoría de los que tienen menos de 3 años se recuperan en pocas semanas; de aquellos que se infectan entre los 3 y los 5 años de edad, la mitad permanece infectada por muchos meses; y, en los toros mayores de 5 años existe un alto porcentaje que permanece infectado indefinidamente. El hecho de que ocurre la recuperación espontánea, ocasiona que tan solo en un 25% de los toros infectados de un hato se pueda hacer el diagnóstico.

TIPO DE INFECCIÓN EN LA VACA

Aparentemente, no existen diferencias en la susceptibilidad de vaquillas o vacas, después de que un animal alcanza la pubertad. Bajo condiciones naturales la vaca solo se infecta al momento del servicio, cuando un toro infectado deposita las bacterias en el tracto genital o cuando se utiliza semen al cual no se le añade antibióticos antes de utilizarse para Inseminación Artificial (I.A.).

Después de la infección las bacterias crecen en el cuello uterino y a los 5 días se pueden encontrar en el cuero del útero. Entre los 10 a 14 días posteriores a la infección original, los gérmenes emigran a los cuernos uterinos, siendo éste lugar en donde matan a los embriones, probablemente por acción directa.

En un 25% de las vacas infectadas ocurre la invasión de los oviductos. Generalmente la muerte del pequeño embrión no se ve acompañada de signos de enfermedad, tampoco se observan descargas de exudados del tracto genital.

Las vacas infectadas que conciben pueden presentar abortos entre el cuarto y séptimo mes de la gestación. Los porcentajes de abortos, son bajos y no son mayores de los que se observan en hatos no infectados.

Algunos trabajos sugieren que la resistencia jamás es completa y que las vacas que se recuperan de una infección pueden sufrir reinfecciones (Plastridge et al. 1964).

SIGNOS DE INFECCIÓN EN UN HATO.

Los signos de la infección en ganado bovino productor de carne varían de acuerdo con el tamaño del hato y la duración de la infección. Cuando la enfermedad es introducida por primera vez en un rancho pequeño, ocurre una caída súbita de la eficiencia reproductiva. Generalmente en los primeros dos meses del empadre menos del 20% de las vacas se preñan. La presentación de este fenómeno es mas gradual en hatos grandes en donde algunos toros y vacas pueden escaparse de contraer la infección por una o dos temporadas de empadre.

La mayoría de las vacas infectadas repiten el calor, teniendo ciclos estrales irregulares.

En los ranchos ganaderos donde no se hace una cuidadosa observación de calores, sólo se nota que los toros están sobretrabajados. Después se encontrará que la cosecha de becerros es baja y las pariciones estarán distribuidas en períodos prolongados. De acuerdo con Hoerlein (1968), es posible hacer un diagnóstico tentativo de vibriosis en hatos que tienen becerros de 180 a 200 kg con crías recién nacidas.

El número de abortos asociados con vibriosis es generalmente bajo. En hatos pequeños pueden no existir.

Después de que la infección se ha encontrado en un hato por uno o mas años, la mayoría de las vacas desarrollan cierto grado de resistencia a la infertilidad debido a la enfermedad.

Algunos animales pueden ser portadores resistentes y producir las infecciones año tras año; de los que se recuperan un alto porcentaje puede reinfectarse.

En los años subsiguientes a la infección original se puede encontrar en las vaquillas y vacas de reemplazo no resistentes, una incidencia alta de animales repetidores, ciclos estrales irregulares, bajos porcentajes de preñeces y cosecha de becerros muy bajas. En los ranchos ganaderos grandes se puede observar que las vacas maduras presentan fluctuaciones anuales en su fertilidad, probablemente ocasionada por reinfecciones.

La enfermedad es muy insidiosa en explotaciones grandes en donde puede haber estado presente por años sin haberse diagnosticado. Las cosechas de becerros pueden ser moderadamente bajas en comparación con lo considerado normal, pero no lo suficiente como para que se sospeche de vibriosis.

Después de varios años de obtenerse cosechas pobres de becerros, se puede observar un buen año; sin embargo este se ve seguido por una cosecha subestandar debido a la infertilidad cíclica ocasionada por la vibriosis y a fluctuaciones en la resistencia de las vacas.

DIAGNÓSTICO

Siempre que existan problemas de infertilidad en un rancho de ganado bovino productor de carne se debe sospechar de vibriosis; sin embargo, el diagnóstico definitivo depende del aislamiento del organismo a partir de los genitales de los animales sospechosos o de fetos abortados. Si se muestrean varios animales de un rancho determinado, y solo se logra aislar el vibrio a partir de un solo animal, ésto es suficiente para considerar a todo el hato como infectado. Hasta la fecha el diagnóstico se basa en el aislamiento del microorganismo.

CONTROL DE VIBRIOSIS

1.- Segregación.

Cuando se diagnostica la vibriosis en un hato, las vaquillas vírgenes deben ser separadas de todos los animales que han sido expuestos a la enfermedad. En aquellos ranchos que tienen una época de empadre determinada, la enfermedad puede ser eliminada eventualmente, colocando anualmente a las vaquillas vírgenes de reemplazo con el hato limpio; la dispersión de la infección al vender animales problemas o viejos también es importante. Para lograr tener un hato limpio de vibriosis es necesario tener la certeza de que todos los machos que entren al empadre se encuentren libres de la enfermedad.

2.- Tratamiento.

En los hatos pequeños es posible eliminar la enfermedad con tratamientos. El tratamiento es esencial para la erradicación de animales portadores ya que para cuando se diagnostique la enfermedad en un rancho la mayoría de las vacas la habrán adquirido.

Generalmente dos infusiones intrauterinas eliminan la enfermedad en un 95% de las vacas tratadas. La erradicación de la enfermedad utilizando tratamientos es poco práctica y sólo puede lograrse en hatos pequeños.

En el caso de los toros se ha demostrado que la vibriosis puede ser eliminada empleando un tratamiento en el que se combinan la administración sistemática de dehidroestreptomicina con infusiones prepuciales del antibiótico. El tratamiento es económico pero existe el problema de que los toros que se curen son susceptibles de reinfectarse.

3.- Vacunación.

La primera bacterina contra la vibriosis fue desarrollada por Hoerlein et al. (1965), en la Universidad Estatal de Colorado. La bacterina ha sido la mejor forma de controlar la enfermedad en los Estados Unidos y en especial en los ranchos grandes. Para la inmunización la bacterina se administra a los animales 1 ó 2 meses antes de la época de empadre. La resistencia es similar a la obtenida después de una infección natural. Se ha logrado obtener tasas normales de fertilidad en animales vacunados expuestos a la enfermedad. Aparentemente la inmunidad es corta por lo que es recomendable vacunar anualmente.

PROGRAMA DE VIBRIOSIS DEL CIPES.

Dentro de los programas de reproducción y patología animal que desarrolla el CIPES, se encuentra el de la determinación de la incidencia de vibriosis en los hatos comerciales de ganado bovino productor de carne. Para tal fin se cuenta con la colaboración de un especialista de vibriosis del Instituto Nacional de Investigaciones Pecuarias (S.A.G.), quien actualmente muestrea sementales procedentes de diversos lugares del Estado de Sonora. Si se logra diagnosticar la enfermedad se procederá entonces a elaborar una vacuna que podría servir para establecer una campaña para controlar la enfermedad.

LITERATURA CITADA

Hoerlein, A.B. 1968. Bovine Genital Vibriosis. En Faulkner, L.C. (ed.). Abortion Diaseases of Livestock. Charles C. Thomas. Springfield, III.

Hoerlein, A.B. 1970. Vibriosis En Gibbons, W.J.E. J. catcott y J.F. Smith-cors (ed). Bovine Medicine and Surgery american Veterinary, Publications, Inc. Wheaton, III.

Hoerlein, A.B., E. J. Carrol, T. Kramer y W.H. Beckenhaver, 1965. Bovine vibriosis Inmunization JAVMA 146:828.

Hoerlein, A.B., T. Kramer, J. Carrol, W. Brown, a. Scott y L. Ball. 1964. Vibriosis in Range Cattle, JAVMA, Vol. 144 No. 2 p. 146-151.

Plastridge, W.N., E.F. Stula, L.F. Williams, 1964. Vibriofetus infection and reinfection in heifers as determined by cultural test using blood agar plus antibiotics. Amer. Jour. Vet. Res. Vol. 25 No. 106, 710-713.

Urquiza, R.F. y P. correa, 1971. Aislamiento y tipificación de Vibrio fetus en México. Congreso Mundial de Medicina Veterinaria en México.